Hay cosas que ves, que ves y sientes tanta rabia,
tanta tristeza y tanta impotencia que te hacen sentir pequeño, como si los
problemas que giran alrededor de tu persona fueran simplemente tonterías
insignificantes. Se hace difícil, y mira que me lo avisaron, tratar con
personas cuya realidad aparente oculta otra historia, y creo que estoy en un
punto donde todas esas historias empiezan a ser visibles.
Te das cuenta de que las historias, los caminos y
decisiones de ciertas personas no sólo afectan a esa persona en concreto, sino que
también formar parte de las historias de sus seres queridos, de las personas
que rodean sus mundos (positivamente o negativamente). No se conoce a una
persona y menos puedes intentar ayudarla sin conocer un mínimo de lo que hay
detrás de sus comportamientos.
No sé si lo estoy haciendo bien o mal, lo único
que se, es que será algo que tendré que aprender a llevar si quiero seguir en
este camino a nivel profesional.
Todavía no he visto nada
abstraes la información, pero parece que hablabas de un psiquiátrico o algo así, detrás tal vez esté la frontera de lo salvaje, de lo íntimo y tal vez las guerras se hacen a solas, pero quién se acerca y se pregunta y no se acomoda, puede ser ayuda, por estar latiendo...
ResponderEliminarPerdona si interprete mal.
Saludos y gusto pasar por aquí.
Perdona que no pueda especificar más el caso que me llevó a escribir, pero te puedo asegurar que no hablo de un psiquiátrico; si te sirve de ayuda para entender lo escrito estudio Educación Social y soy voluntaria desde hace poco en una ONG.
EliminarSupongo que el día en el que escribí estas líneas, como ya te diste cuenta, pasó algo que me marco. Considero lo que hago gratificante, pero a la vez algo que sin capacidad de desconexión te puede hacer mucho daño a nivel mental. Todo el mundo no está igual de preparado para enfocar una realidad que, en la mayoría de los casos, no queremos ver .
Muchas gracias por tu comentario, mareva.
Saludos